Dolor de Caballo, Mitos y Moralejas (1a Parte)

 

Imagina que te encuentras casi en lo mas alto de una subida, digamos casi para llegar al Penth House, vienes siguiendo a los punteros del grupo, crees que estas a punto de alcanzar a David y a Lalo, por fin lo voy a lograr, y de repente comienzas a sentir una punzada en el vientre, que será te preguntas, si fueras Oscar dirías, ¿para que le puse mostaza a la chapata con serrano?, si fueras R2 dirías ¿serán los dos tamales y el atole que me chuté en Mazatla?, sigues pedaleando y tratas de evitar pensar en el dolor, pero cada vez aumenta mas y mas,…. chin… ya que los iba a alcanzar, y de pronto el dolor para respirar es insoportable………y tienes que parar, entonces caes en la cuenta de que te dio DOLOR DE CABALLO.

Hace algunas semanas leía yo los correos en el Meb que comentaban al respecto, es aire que te entro al Baso, no no, los glóbulos rojos ya no pueden procesar el oxígeno, no es por respirar por la boca, etc., etc. y hace unos días al leer la revista no. 212 de la Bicicleta, me encontré con un artículo al respecto del Dr. Joern W. Fritz, de lo mas completo e interesente, entonces me puse en contacto con él para platicar con él y pedirle autorización para reproducir parte de la información de dicho artículo, información que quisiera compartir con ustedes y a petición del propio Dr. Fritz, tratar recompartir e informarnos cada vez mas de este tipo de tema con la finalidad de tener los elementos suficientes para cada vez poder rodar mas lejos y estar en mejor forma física.

Comenzaré diciendo que no hagan casos a vox populi respecto a unas cuantas versiones de la razón por la cual de da dolor de caballo, y me remitiré a mi experiencia personal y luego al artículo del Dr. Fritz.

Cuando entrenaba para los nacionales de 1978 sufrí la desviación del tabique nasal debido a un golpe y requerí de una operación para corregir dicha desviación, en esa época los entrenadores siempre te decían “No respires por la boca, te va a dar dolor de caballo”, y entonces el déficit de oxígeno se hacía cada vez mas evidente, y por supuesto no podías avanzar en tu nivel de acondicionamiento como querías, es decir a pasos agigantados.

Luego de la operación regresé al entrenamiento y comencé a utilizar tanto la nariz como la boca para respirar, mas por la necesidad de jalar aire debido a que todavía no se desinflamaban en su totalidad los Cornetes, (no Oscar los cornetes no eran las cornetas de aire de tu vochito, sino los orificios por donde pasa y se filtra el aire que respiras por la nariz), que por otra cosa, y vouala, pude vencer a mis compañeros de entrenamiento en las sesiones de carrera de 3 kms., donde logré hacerla en 11 minutos flat, si ya se que no es un tiempazo, pero en ese entonces yo no entrenaba para correr, sino corría para entrenar para mi deporte, así que para mi no solo fue un gran logro, pero también la liberación de esa sombra que siempre te acompaña, el temor a que te dé dolor de caballo, desde entonces para aca, corrí maratones, medios maratones, carreras de 5, 10 y 15 kms., competí en diversos deportes y disciplinas y no me acuerdo como se siente un dolor de caballo, no me ha vuelto a dar.

Moraleja número 1, el dolor de caballo no te da por respirar por la boca, así que puedes empezar a reprogramar tu forma de respirar y poco a poco jalar aire por las dos vías, nasal y bucal, si lo haces paulatinamente, tu organismo se adaptará sin mayor problema. Desarrolla un patrón adecuado de respiración, así como ejercicios de respiración y control de aire.

Para fines de 1979, mis sesiones de entrenamientos se dividían en tres etapas: entrenar, comer y dormir, en cuanta variante puedas imaginar, corría en ayunas, desayunaba, entrenaba, dormía, comía, entrenaba y dormía y al revés, así sucesivamente, así que instintivamente desarrollé una tolerancia al entrenamiento con el estómago cargado.

Moraleja número 2, si bien mas adelante haré referencia al artículo del Dr. Fritz, en mi experiencia, podía consumir una buena cantidad de alimentos sin que interfirieran en mi desempeño deportivo, aún hoy puedo comer una chapata y beber algo de vino tinto o una sangría señorial ligth y puedo continuar pedaleando sin problema alguno, lo único que he notado que me cuesta trabajo digerir, son los chistes de Oscar. Busca y prueba los alimentos que más te gusten y caigan bien y experimenta en tus rodadas, los plátanos son alimentos fáciles de digerir y con una gran cantidad de carbohidratos, las palanquetas de cacahuate y/o de amaranto, las nueces, etc., emparedados hechos con pan integral, de crema de cacahuate y mermelada son una buena fuente de carbohidratos y calorías, evita alimentos demasiado condimentados o con irritantes como salsas o chile.

Moraleja número 3, el alcohol no te producirá dolor de caballo, pero pone en riesgo tus reflejos para rodar, así que si lo ingieres, hazlo moderadamente, una cerveza a mitad de rodada te recupera, hidrata y refresca, de cualquier forma, continua bebiendo agua para contrarrestar el efecto diurético, por último considera que cualquier bebida gaseosa podría desencadenar el dolor de caballo, más adelante también comentaré lo descrito en este sentido por el Dr. Fritz.

En el siguiente artículo, hablaremos extensamente del artículo del Dr. Fritz, en la que describiremos; Anatomía, Elementos que lo desencadenan y tratamiento.

 

 

Ride With Freedom, Rodando con Libertad

Club Xinte