Una de las
actividades importantes que se requieren en nuestro deporte es el de la
exploración.
A través de
ésta, podemos tener acceso a incrementar el número de kilómetros de vereda en la
zona en donde habitualmente rodamos, así como el expandir los horizontes y
conocer otros lugares y caminos que nos dan la oportunidad de rodar por lugares
en los que de ninguna otra manera lo haríamos.
A pesar de
todas las bondades y emociones que esta actividad conlleva, son muy pocos los
que le dedican tiempo, porque también tiene sus partes no tan positivas que
hacen que mejor se lo dejemos a otros.
Es
innegable que dentro de la exploración debes tomar muchos más riesgos que en una
rodada ya conocida y lo que da más flojera, es el hecho de que tenemos que
invertir tiempo a una aventura que igual y no nos resulta como esperábamos y
entonces pensaremos que fue una pérdida de tiempo.
En Xinté
esta ha sido una actividad fundamental para construir el catálogo de rutas y
veredas no sólo en la Comarca, sino también en otros sitios en donde hemos
logrado establecer rutas demandantes y divertidas que nos traen variedad durante
el año, para respirar otros aires diferentes a los de Chiluca y sus alrededores.
Algunos
ejemplos son la Vuelta a Valle de Bravo, Nevado-Valle, Desierto de los Leones,
Ajusco, etc. y más recientemente la Vuelta a Ixtapan de la Sal, que nos dan la
oportunidad de disfrutar de estos hermosos parajes de México.
La
exploración de veredas puede darse de muchas formas, en donde a veces podemos
conocer a alguien que no da la oportunidad de conocer estas rutas por el simple
hecho de compartirlas sin ningún celo profesional o fin de lucro, o bien porque
las trazamos en un mapa, o porque utilizamos el GPS o bien, la más común para
todos, es ubicar el lugar en la mente y salir en busca de las veredas leyendo el
camino como se va presentando y tomando todas las precauciones de orientación
para no acabar exactamente en el lugar equivocado o menos esperado.
Así como en
las películas del viejo oeste, los exploradores tienen un olfato y
sensibilidades especiales para leer caminos, relieves, montañas, referencias etc,
pero sobre todo tienen la voluntad de invertir su tiempo para salir en busca de
estos tesoros.
La
satisfacción que da al explorador cuando se logra armar la anhelada ruta es
inmensa, pero compartirla con los amigos es aún mayor. Es una emoción muy
especial que paga por mucho los pequeños sinsabores que se pudieran haber pasado
durante el proceso de armar la ruta.
Esta misma
satisfacción es la que vuelve a cargar al explorador de energía para volver a
salir en busca de más kilómetros de diversión.
Sabemos que
da flojera y que la mayoría preferimos que alguien más haga este trabajo, pero
los invitamos a que hagan un esfuerzo y busquen su propia ruta e inviertan
tiempo en encontrarla. Estamos seguros que disfrutarán cada momento.
El
ciclomontañismo está lleno de aventuras, es sólo que decidamos explorarlas.
Felices
exploraciones.
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